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Cómo promover la escritura en los alumnos

Los niños y jóvenes están llenos de historias, de cuentos ¡y de mucha imaginación! Independiente de la edad, ellos realmente pueden sorprender una vez que llevan al papel alguna historia que hayan guardado inconscientemente. Lo importante es que esto se promueva tanto en la casa como en el colegio. Si alguien tiene dificultades con la escritura o no le gusta sentarse para organizar su mente, no te preocupes porque hay formas de promover la escritura en los alumnos.

Pero antes, es importante recordar que practicar la escritura no tiene que ser una tarea tediosa, sino que debe sentirse como algo que realmente se desea hacer, algo que a los alumnos les salga desde dentro hacerlo. Acá te contamos algunas formas.

 

 

  • La escritura como juego: A los alumnos les encanta los juegos aunque signifique escribir algo. No tienes que decir que el juego es para desarrollar la habilidad de la escritura ¡porque eso les sonará demasiado aburrido! Únicamente diles que van a jugar a un juego donde cada uno debe inventar una historia relacionada a un mismo tema. Sin que uno sepa lo que escribe el otro, dense unos minutos para redactarlo y luego comparen. La imaginación de cada uno es algo asombroso… ¡y muy divertido!
  • Escoger temas entretenidos: A todos nos gusta escribir sobre temas que nos agradan. Escribir una redacción sobre deportes, algún relato que se sitúe en un remoto mundo medieval o el último capítulo de su serie favorita puede ser algo realmente fascinante para los alumnos. En este sentido, es altamente recomendable incentivarlos a usar su imaginación sobre las cosas que más les gusten y las cuenten mediante la escritura.
  • Relacionar la escritura con la realidad: Quizás una razón que desaliente la redacción en los alumnos es que piensan en la escritura como algo que sólo existe en libros. Una vez que el libro o el cuaderno se cierra, no hay más letras. Pensando en el punto anterior, sobre escribir sobre sus gustos, un tema interesante podría ser la cocina. Motiven a los alumnos a inventarse una receta con sus ingredientes favoritos y, una vez que la hayan terminado, ¡pónganla en práctica! Verán, de manera directa, cómo se materializa algo que sólo se pudo haber hecho poniendo en orden sus ideas y, sobre todo, escribiendo.
  • Recuérdale lo que hace bien: Son muchas las veces que los padres y profesores sólo se fijan en aquello que los alumnos hacen mal (como las faltas de ortografía) pero se olvidan decirles lo bueno que ha hecho (como el conjunto de la historia). Será nuestra responsabilidad como padres o profesores encontrar las cosas que un alumno ha hecho bien y hacérselo saber para que se sienta motivado. Y, de forma secundaria, le puedes ayudar a mejorar los pequeños errores. Todo está en la forma.

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