Este lunes 03 de agosto estuvimos conversando con Rupertina Urrutia, Directora de la escuela Thomas Jefferson de Los Ángeles, en Chile, sobre cómo enfrentan los desafíos de la Pandemia y las innovaciones que se han implementado en el último tiempo.
La Directora indicó que en la práctica y en la vida diaria, “la conectividad es nuestro gran obstáculo”. Y explicó la forma en que se han ido organizando para seguir educando a todos los estudiantes: “Cada profesor jefe ha debido identificar a los estudiantes que no se están conectando y un equipo se contacta directamente con ellos”. Por otro lado, aseguró que la priorización curricular ha sido fundamental, y que se guían por medio de una planilla de reportes que registran los avances de la escuela.
Además, habló sobre los servicios que se prestan a la comunidad, más allá de la educación: “Le entregamos la alimentación a 300 familias, con sus equipos de astronautas, como les decimos nosotros, con mascarillas, guantes, etc. Así como también, tenemos el colegio abierto para aquellas familias que deben ir a buscar material. Es ahí donde los padres pueden desahogarse”. Finalmente explica que la Institución realiza “un trabajo enorme, el esfuerzo va más allá del currículum, es un trabajo humanitario, donde las personas se abren hacia otras personas que están necesitando”.
En consecuencia con lo anterior, Rupertina expuso cómo han trabajado en conjunto con los profesores y padres para brindar una mejor educación, homenajeando a cada uno de los actores: “La pandemia comenzó a evidenciar la realidad. Los profesores tuvieron que utilizar sus propios teléfonos, donde los docentes tuvieron que mantenerse disponibles con las familias 24/7. En la educación la primera línea son los profesores. Yo me saco el sombrero con los profesores, quienes se han adaptado a los horarios de los padres. Además, les estamos haciendo diplomas a los papás, porque esto no podría ser posible sin el apoyo de los padres. Si no tenemos la retroalimentación de los padres, no vemos los resultados“.
En consecuencia con lo anterior, Rupertina explicó cómo ha sido la evolución de la escuela luego de todos estos cambios. “Lo que veíamos como una dificultad, hoy en día lo vemos como una posibilidad. Siempre le digo a los profesores: la flexibilidad y la incertidumbre ahora nos acompañan, es por eso que hemos aprendido a ver nuestras propias realidades, mi invitación es a pedir lo que necesitamos. La comunicación no violenta, la irritabilidad nos lleva a responder de una forma en lo que no queremos. Invitar a irnos mirando a nosotros mismos”.
En ese sentido, Rupertina explicó la necesidad creciente de acentuar la educación emocional en la formación de los niños y niñas: “Hoy en día la sociedad necesita personas no solo competitivas, sino, personas sociales. La educación emocional no es educación curricular, ni currículum oculto, la comunicación emocional es vivencia. Si no actuamos movidos por el amor, no vamos a lograr hacer nada. Si cambiamos nosotros, vamos a poder cambiar la sociedad”.
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