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5 prioridades para gestionar una clase

[:es]Lograr la eficiencia en la sala de clase es una tarea que enfrenta diariamente todo profesor. La clave está en construir relaciones con los alumnos, aprovechar el tiempo y diseñar normas de conducta. “Para profesores primerizos, o para profesores que vuelven a enseñar, lo más difícil de controlar es la gestión de una clase”, señala el investigador pedagógico de Edutopia Ben Johnson.
Una buena gestión de clase es más que sólo ser estricto, autoritario u organizado. Si queremos que una clase funcione con fluidez debemos crear un ambiente estructurado de aprendizaje en el cual ciertos comportamientos sean destacados y otros disuadidos.
El experto Ben Johnson propone cinco componentes que establecen estructuras lo suficientemente sólidas para persuadir y motivar el aprendizaje en los estudiantes:

1. Desarrollar relaciones de trabajo efectivas con los estudiantes

El componente más importante de la gestión de una clase son las relaciones con los estudiantes. Y éstas deben iniciarse, por ejemplo, en la misma puerta de la sala saludándolos de la mano y recibiéndolos con una sonrisa, sin considerar el mal comportamiento que alguno haya tenido el día anterior. Esas relaciones se fortalecen cuando llamamos a nuestros estudiantes por su nombre o los felicitamos activamente. Otra medida para solidificar nuestros vínculos es pasar tiempo individual con cada uno de ellos, con el fin de conocerlos y luego usar ese conocimiento para crear oportunidades de aprendizaje personalizadas. Si logramos tener buenas relaciones con los alumnos, podemos exigirles más para aprender porque ellos confiarán en nosotros.

2. Transmitir a los estudiantes la importancia del aprendizaje 

Tus estudiantes necesitan saber que no esperas de ellos un aprendizaje instantáneo, que cada uno tiene un proceso de aprendizaje distinto y que, si ellos siguen tus consejos, lograrán un aprendizaje exitoso. Esto va más allá que sólo hablar sobre tareas, asistencia y otras obligaciones. Se trata de revelar a tus estudiantes cómo crearás, con ellos, un equipo de aprendizaje altamente efectivo. Diseña un plan transparente para tus alumnos en el cual, cuando les ayudes a aprender, ellos sepan lo que haces y por qué, de esta manera estarán más dispuestos a colaborar.

3. Aprovechar el tiempo

Una gestión de clase efectiva debe ser preparada con materiales y saber, de antemano, cómo pasar de una actividad a otra sin perder tiempo. La tarea número 1 que podemos hacer para mejorar el desempeño de nuestros estudiantes es mejorar el tiempo de aprendizaje. Hay bastante tiempo que se gasta tomando asistencia, dando anuncios, citaciones a inspectoría, pausas para ir al baño, reuniones, presentaciones especiales, ceremonias de premiación, celebraciones y una serie de otras cosas. Todas estas actividades no podemos evitarlas, pero ser exitosos en el manejo de la clase también incluye controlar el tiempo disponible, protegerlo y aprovecharlo lo máximo posible. Según Doug Lemov, autor de ‘Enseña como un campeón‘, las rutinas ayudan a los estudiantes a formar hábitos y habilidades como responder rápidamente y hacer preguntas.

4. Anticipar el comportamiento de tus estudiantes 

Canalizar el comportamiento e intereses de los alumnos en rutas de aprendizaje efectivas requiere una planificación intuitiva. Primero, es necesario enfocarse en cómo los estudiantes serán capaces de demostrar que han entendido y que han conseguido sus objetivos de aprendizaje. Según Robert Marzano, un investigador en educación, “el foco de nuestros esfuerzos de planificación de clases debe estar en conseguir que los estudiantes pregunten y respondan sus propias preguntas“.

5. Establecer normas de conducta

Promover el aprendizaje, como también disminuir o eliminar comportamientos que lo obstaculicen, son objetivos que se pueden lograr en la medida en que establezcamos las reglas del juego en la sala de clases. No es necesario ser tan detallista en lo que se debe hacer y lo que no, pero sí promover constantemente el respeto, la comunicación e incentivar en los alumnos la disposición a aprender. Las normas deben interactuar fluidamente con los otros cuatro puntos, poniendo énfasis en enseñar a los estudiantes la importancia del aprendizaje en la sala de clases.

Establecer un plan efectivo para el manejo de una clase debe empezar en el inicio del periodo. Sin embargo, esto no termina ahí. A través de los años, debemos ser consistentes y persistentes en desarrollar relaciones de confianza, cercanía y enseñar las mejores teorías de aprendizaje, respetando el tiempo de los alumnos y siendo receptivo con sus comportamiento y necesidades en nuestros planes de estudio. También necesitamos ser flexibles y rectificar aquellas consecuencias propias que entorpecen hasta los mejores planes de gestión.

 

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